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Cultura

Alguna de sus obras :

bodegon
bodegon fruta

pastora

rosas

ventanas

Aunque algo tardíamente, Fernando Rodenas Pérez ha irrumpido en el panorama artístico de Fuentealbilla con sus originales trabajos de forja y en vidrio. La exposición de las Fiestas 2003 sirvió para dar a conocer su trabajo en el pueblo, y a fé que cosechó un importante éxito.

Con esta página queremos dar a conocer su trabajo a todos aquellos que no pudisteis visitar la exposición en el verano de 2003.

fernando rodenas

Manolo nació el 5 de Septiembre de 1974 en Fuentealbilla. Comenzó sus estudios musicales en Mislata (Valencia) a la edad de 9 años. Inmediatamente mostró sus dotes innatas para la música y a los pocos meses entró a formar parte de las bandas de música de Mislata y Fuentealbilla donde se destaca rápidamente como trompetista.

Realizó sus estudios musicales en el Conservatorio Superior de Música de Valencia, finalizándolos en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid en el 2000, obteniendo el Premio de Honor de Fin de Carrera. Entre otros destacados trompetistas ha estudiado con José María Ortí, Vicente lópez y Enrique Rioja.

En su trayectoria profesional ha colaborado con la Orquesta del Real Conservatorio de Madrid, la Orquesta Sinfónica Europea y la Orquesta Philarmonía de Bilbao, junto al compositor Ennio Morricone. También ha actuado en importantes musicales en Madrid, entre ellos «La Mujer del Año», con Norma Duval, «La Bella y la Bestia» y, actualmente, «El Fantasma de la Ópera». También ha realizado giras por toda España interpretando una Antología de la Zarzuela.

Sus actuaciones con la Agrupación Musical «La Armonizadora» se han dilatado durante casi dos décadas con enorme éxito. Manolo es sin duda el máximo exponente del arte musical que ha dado Fuentealbilla.

Manuel Cebrián

El esparto ha sido durante muchas generaciones la materia prima para realizar todo tipo de utensilios de uso cotidiano para la vida diaria en nuestro pueblo.

Entre estos objetos podemos citar los cuévanos, que servían para cargar frutas e incluso para el transporte de uva, los cestos para coger rosa, las cuerdas de «jareta» para atar gabillas de sarmientos o colgar melones, las seras que se colocaban a la entrada de las casas en los días lluviosos para evitar que el barro adherido al calzado se desperdigase por toda la casa, las agueras que se colocaban a ambos lado de la mula para transportar cosas, o los forros de pleita en botellas y garrafas.

La aparición de sustitutos en plástico y otros materiales ha ido disminuyendo el uso de los utensilios de esparto. Pero no por ello esta noble planta ha caido en el olvido. Gracias a un grupo de artesanos su uso se ha mantenido.

Al no ser necesario su uso para elaborar objetos básicos, nuestros artesanos han comenzado a explotar las posibilidades del esparto para realizar verdaderas obras de arte. Muchos de vosotros conocereis muy bien el resultado de estos trabajos pues los objetos de artesanía en esparto producidos en nuestro pueblo se suelen exponer regularmente con motivo de las Fiestas del Cristo.

Cada año nos sorprenden con creaciones más y más complejas, desde molinos de viento hasta relojes de esparto, desde maquetas de una plaza de toros, de la iglesia o del ayuntamiento, hasta carros tirados por mulas de esparto que transportan uva.

Según el libro «Plantas Útiles de la Comarca de la Manchuela» el esparto es una hierba de la familia de las gramíneas que puede alcanzar 1.5 metros de altura. Sus hojas son alternas, junciformes, con nerviación paralela y base envainadora. Las flores se agrupan formando una larga y densa inflorescencia en espiga. Poseen una arista larga que se halla retorcida en espiral. A la planta se le denomina «atocha» y a la inflorescencia «atochino».

Un uso actual del esparto es el de atar injertos. Al tratarse de una materia orgánica el esparto es insustituible para éste menester ya que el plástico, al no descomponerse, ahogaría a la cepa en su desarrollo.

Los artesanos que hoy todavía trabajan el esparto en Fuentealbilla son: Cipriano Cantero, Enriquillo y José Cambronero. También tenemos que citar al ya fallecido Antonio Abiétar quién fue para muchos el mejor maestro espartero, capaz de realizar objetos de una extraordinaria fineza.

Cipriano Cantero y Enriquillo Tomate 1Cipriano Cantero y Enriquillo Tomate 2

Cipriano Cantero y Enriquillo Tomate 3

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La memoria de esta música en Fuentealbilla se pierde en el siglo XIX

Esta música tan tradicional nuestra nunca ha llegado a desaparecer. En tiempos pasados alcanzó gran esplendor, como atestigua la foto en blanco y negro. En la actualidad, la rondalla pugna por mantenerse. Las navidades 2004-05 actuaron en el auditorio de Albacete con éxito

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Los bailes regionales son una actividad que viene ligada a la gente de Fuentealbilla desde que existe la población como tal. Primeramente el folklore estaba arraigado en el pueblo como muestra de su cultura pero sin tener una organización fijada.

En el 1979 comenzó a funcionar el grupo de baile, cuando se empezaron a hacer las actividades extraescolares en el Colegio Público «Cristo del Valle» de 5 a 6 de la tarde. Empezó el grupo de baile con las ciquillas del colegio y en 1984-85 se incorporaron por primera vez los alumnos.

El primer grupo del que se tiene constancia fue una compuesto en su totalidad por ancianos, todos mayores de 60 años.

No sería de justicia acabar esta pequeña introducción histórica del grupo de Coros y Danzas sin hacer mención a las grandes precursoras de las manchegas en Fuentealbilla, son dos profesoras del Colegio que dedicaron mucho tiempo a impartir clases entre los alumnos que optaron por este taller extraescolar; Juanita Morenilla y Pepita.

Mención aparte merece la Rondalla que ya venía existiendo años antes que el grupo de coros y danzas, y en este aspecto merece la pena a D. Juan Miguel Contreras, gran impulsor de la musica en general entre los alumnos del colegio y en especial de instrumentos tradicionales como la guitarra, el laúd y la bandurria.

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En la actualidad asistimos al resurgimiento del grupo de coros y danzas tras varios años sin que haya sido representativo en la cultura de Fuentealbilla como actividad de practica entre los jóvenes.

La llegada al pueblo de D. Miguel Angel González Martinez, excomponente del Grupo de Coros y Danzas «Magisterio», sin duda el mas importante de la provincia, ha supuesto el resurgimiento del folklore tradicional. Miguel Angel, ayudado por miembros del antiguo grupo de manchegas imparte clases a todo el que quiera aprender, como se puede apreciar en la foto las gentes que componen actualmente el grupo son de edades muy diferentes.

Este último año ha habido un grupo muy numeroso de alumnos infantiles lo que les lleva a proseguir su tarea de difusión de esta parte de la cultura tan nuestra como son los Bailes Regionales.

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Repertorio

Entre otras estas son las piezas que mas se han bailado durante la existencia del grupo:
Seguidilla de Jota de Fuentealbilla.
Jota de los Caracoles (Casas Ibañez)
Varsoviana (Alborea)
Jota del Aire (Alcalá del Júcar)
Manchegas de Albacete
Fandango de Liétor
Jota de Tazona
Hellineras (Hellin)
Danza de Iso (danza guerrera)

Traje típico

El traje de la mujer consta de zapatos negros, medias, pololos, enaguas, refajo, camisa y delantal negros con puntilla blanca, y un pañuelo sobre los hombros. El pelo está recogido en dos moños encima de las orejas y otro mayor en la nuca con un lazo negro y adornados con grandes orquillas doradas.

El de los hombres consta de unos pantalones negros hasta la rodilla, una camisa blanca y una chaleco tambien negro y una faja roja en la cintura.

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Eduardo Monteagudo

Esta página está dedicada a la memoria de mis compañeros Sabino y Cantero. Ellos nos dejaron para siempre pero la música que hicimos juntos perdudarará. Estamos trabajando para digitalizar algunas de esas grabaciones artesanales para ponerlas en esta página y así recordar a estos grandes músicos.

La larga tradición por la música de bandurria, laúd y guitarra tuvo en nuestro pueblo unos últimos bastiones en tres entusiastas bien conocidos por todos: Sabino, Cantero y Juan Ramón. En 1991 formaron un trío que posteriormente fue bautizado como «Las Tres Cepas», nombre decidido de forma unilateral por Cantero tras reflexionar 5 segundos justo antes de una actuación cuando se le preguntó cual era el nombre artístico del trío.

Desde entonces se dedicaron a recopilar y mantener viva parte de nuestra herencia musical, escribiendo las partituras de las mazurkas, valses populares, el «pisaúvas» y la «Jota de Fuentealbilla». En su repertorio figuran igualmente conocidos pasodobles, tangos, boleros, etc… Además, recuperando costumbres de antaño, no era raro verles presentarse en casa de alguien de forma inesperada para amenizarle la tarde a cambio de una merienda. Junto a otros colaboradores y el coro de mujeres, pudimos verles incansablemente todos los años tocando los villancicos populares en las fiestas navideñas.

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Sabino Salmerón (guitarra)

Su verdadero nombre de pila era Benito. A sus espaldas toda una vida dedicada a la música pues aprendió a tocar la bandurria «con pantalones cortos», según sus propias palabras, con el mítico «Sebastián el de las Guitarras». Por entonces ya tocaba con un tal Cipriano Cantero, quien acababa de ponerse a tocar la bandurria a su regreso de la mili. Pero además por aquel entonces Sabino formaba parte de la banda «La Armonizadora» en la que tocaba el Bombardino.

Posteriormente aprendió a tocar la guitarra, instrumento que tocaba un hermano suyo (Pepe) que por desgracia murió joven. En la década de los 70 Sabino formó parte del grupo «Los Dandys», en el que tocaba la guitarra eléctrica, paseándose por infinidad de verbenas populares. Su labor con la guitarra, con la que era capaz de seguir a Cantero en cualquier tipo de tonalidad o ritmo, lo convertín en el verdadero motor de «Las Tres Cepas». Sabino tocaba ademá el laúd y la bandurria con la misma soltura. Con su muerte el pasado 9 de Marzo de 2001 una buena parte del alma musical de Fuentealbilla se ha ido para siempre.

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Cipriano Cantero (bandurria)

Cipriano Cantero aprendió a tocar la bandurria de forma autodidacta. De pequeño se fijaba en su padre, Cantero el viejo, quien era famoso en Fuentealbilla por su maestría con la Bandurria. Ahí aprendió todo pero no fue hasta su regreso de la mili que pudo empezar a tocar el instrumento que tanto le gustaba. El motivo fue que volvió con una rotura en un pié, lo que le obligó a estar en casa durante varios meses. Entonces se hizo con una bandurria y empezó a tocar. Desde entonces Cipriano ha sido un entusiasta de éste instrumento. Ha tocado durante décadas en reuniones caseras, en la iglesia, con el grupo de coros y danzas, etc… Aunque no sabe solfeo, en su memoria guarda las notas de centenares de piezas. Su oido es portentoso, así como su sentido del humor. En una ocasión tocó un concierto junto a Sabino y Juan Ramón y pidió un atril también para él en el que colocó un misterioso papel simulando que se trataba de una partitura. Luego resultó que era un pedazo de sobre en el que había apuntado el tanteo de su partida de dominó de ese mismo día.

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Juan Ramón Pardo (laúd)

Juan Ramón Pardo aprendió a tocar el laud con D. Juan Miguel Contreras, profesor del Colegio «Cristo del Valle». Formó parte de la rondalla escolar entre los años 80 y 82. Posteriormente abandonó éste instrumento durante bastantes años al dedicarse más de lleno a su actividad en la Banda de Música, en la que ha tocado sucesivamente la trompeta y el fliscorno.

En 1991, maravillado ante la sencillez y belleza de la música de Sabino y Cantero, decidió retomar el laúd y unirse a ellos para aprender algo del folklore popular. Siempre ha estado motivado desde entonces por preservar grabaciones y partituras de una música que corre el riesgo de caer en el olvido.

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Colaboradores

Andrés Montero «Marquitos», músico entusiasta más conocido por su labor con el bombo en «La Armonizadora», también se le puede ver tocar la guitarra (que aprendió de Sabino) cada Navidad con ocasión de los Villancicos. Destaca también su faceta de cantante.

Coro Parroquial, compuesto fundamentalmente por mujeres, es el alma de los villancicos un año tras otro.

En ciertas ocasiones otras personas colaboran con «Las Tres Cepas». Ellos son:

Juan «El Poeta», conocido guitarrista y romancero que es, además, nuestro especialista local en acompañamiento de cante flamenco. Su actividad como escritor de romances populares es bien conocida, sobre todo en su cita anual con el «Romance de los Quintos». Escribe sobre todos los temas y a veces pone música a alguno de sus romances, como aquella canción famosa en la que narra la explosión de una lata de fabada que fue olvidada encima de la estufa en el antiguo Bar «El Pajarillo» y que acabó poniedo perdidos de habichuelas a los presentes.

«El Chusco», una de nuestras voces más importantes, especialista sobre todo de flamenco y pasodobles. Durante muchos años ha sido inseparable de Juan «El Poeta» y a veces ha cantado también con el acompañamiento de «Las Tres Cepas».

Gabriel «El Alpereño», otro cantante de voz más grave y de gran técnica, especialista sobre todo en boleros y tangos. Junto a «Las Tres Cepas» canta bellas versiones de los famosos boleros «Mi Niña Bonita» y «Camino Verde».

Fernando Rodenas, otro alumno de D. Juan Miguel Contreras, aporta su colaboración cada año con motivo de los Villancicos Navideños, al igual que su hermano David Rodenas. Ambos tocan la bandurria.

Felipe Medina, también de la escuela de D. Juan Miguel, acude puntalmente a la cita navideña con su laúd año tras año.

Augusto Arjona, un experimentado intérprete del laúd que aprendio cón «Sebastián el de las Guitarras» y que durante décadas se ha dejado oir en rondas, reuniones caseras, en Navidad y con el grupo de coros y danzas.

Joaquín «el de las guitarras», hijo del legendario Sebastián «el de las guitarras», se une a veces con las tres cepas durante sus visitas veraniegas. Como guitarrista, era un apoyo imporatnte para Sabino.

Julián Hernández Belencoso se encontró con una enorme sorpresa mientras araba una viña.

El arado tropezó con una piedra de gran tamaño con una forma que llamó la atención de Julián….

Según los primeros estudios la pieza podría remontarse al siglo I a.C., en la época republicana.

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Philippe Monteagudo
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